martes, 23 de abril de 2013

Feliz Día del Libro


NO TE DETENGAS

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...


Este magnífico poema de Paul Whitman me sirve perfectamente para ilustrar una entrada como la del día de hoy. Es una cita que me ha puesto los pelos de punta, me ha encerrado en su mundo, en esa burbuja que crean los buenos poemas, me ha hecho soltar una lagrimilla.
Hoy, día del libro, me han regalado un libro, no lo esperaba en absoluto, me ha tomado por sorpresa, y me ha encantado. Hoy Pijiprofe, que me conoce como nadie, ha acertado en todo, en devolverme a la infancia con la tradición, ya perdida en la familia, de regalarnos un libro en San Jordi; en la cita escogida, que ya me ha emocionado sin leer el poema completo; en el poema escogido, un poema que no conocía de un autor que desconocía su existencia; y con el libro, que llevaba meses detrás de él y estaba a punto de comprármelo, pero por casualidades del destino no lo había hecho.
Hoy mi hermana me ha devuelto un poco más el placer de la lectura, el placer de regalar un libro y de saber lo que se siente cuando te regalan uno con cariño, bien escogido, pensando en ti.
Feliz día del libro, lectores.


PD: El libro es El maestro del Prado, y no puedo esperar a leerlo.

sábado, 20 de abril de 2013

El amor pica


El amor pica. El amor pica mucho. El amor es algo que se te mete entre la ropa y empiezas a notar, como un leve cosquilleo que o puedes evitar rascar.
El amor es como una picadura de mosquito, cuanto más lo rascas, más pica.
Al principio te pica en el dorso de la mano, en la muñeca, en el empeine del pie derecho. Lo ignoras, lo ignoras un poco más y lo sigues ignorando, pero sigue ahí, no se va y es una comezón muy parecida a cuando alguien a quien no ves te está mirando.
El amor es algo que no se rasca, aunque lo intentes, intentas rascarlo, sacártelo de encima, pero no para, sino que cuanto más crees que rascas más aumenta y enrojece y… se traslada.
El amor se traslada de un lado al otro de tu cuerpo, de ese dorso de la mano pasa a la boca, y ya no pica, sino que acaricia, está ahí y no está, sobre tus labios, sin que lo sientas.
¿No sientes el amor? Hay alguien mirando, gírate.
No lo has visto, lo sé, pero el amor te estaba mirando.
El amor acaricia, te mira y pica. A veces te pica incluso cuando no está.
El amor es como los piojos, es hablar de él y lo sientes en tu cabeza, tanto que tienes que rascarte, no puedes evitarlo, lo tienes encima. Solo que no lo tienes, pero te lo imaginas.
El amor muerde.
No te prepares, no pongas cara de dolor, el amor muerde, pero cuando menos te lo esperas.
Bueno, puede que a veces sí que muerda cuando lo estés esperando.
Otras veces el mordisco del amor es más sutil, cuando no te lo esperas, donde no te lo imaginas, se desliza por tu cuerpo cuando estás entretenido, pensando en cosas que no tienen nada que ver con el amor. Y te muerde.
Como un mosquito.
Como un piojo.
Lo malo es cuando el amor es tan sutil que no puedes verlo, o se ha hecho tan visible que te has acostumbrado a ignorarlo. Eso es malo. ¿Por qué es malo? Porque cuando menos te lo esperes te picará, te morderá y tú no podrás evitarlo.
Ya se habrá metido dentro de tu piel.


martes, 16 de abril de 2013

Me voy a dar a la vida bohemia.


Recorrer el mundo en una vespa, parloteando frases sueltas en una decena de idiomas, ganarte la vida con la mochila al hombro, haciendo de guía en los mejores museos del mundo. Sin identificación, sin contrato, siendo un alentador de cultura de contrabando.

Comer un crêpe sentado en un banco junto a los Campos Elíseos, morir de frío contemplando la fachada del Reichstag en Berlín, robar un tulipán en Ámsterdam y reír mirando al infinito apoyado en un dragón en Barcelona.
Sentarte en un parque a escuchar como un desconocido toca el violín en algún lugar cercano, observar a un pintor callejero. Pasar las noches en un garito oscuro rodeado de gente pintoresca mientras un hombre no tan borracho como piensas recita una poesía en un escenario.
Aprender a tocar el piano, a perderle el miedo a lo desconocido, hacer de alguien que te cruzas por la calle un amigo, vivir.

Vivir la vida bohemia, sin más ataduras que tus sueños, los que te llevan de un lugar a otro descubriendo cosas que jamás lograste soñar. ¿Qué es, un sueño? Quién sabe, quizá algún día logres hacerlo realidad.

miércoles, 10 de abril de 2013

Los Cumpleaños


Me chiflan los cumpleaños, lo confieso, lo admito y hago una bandera de ello. Se admiten ideas y diseños para el escudo oficial. A mucha gente le gustan los cumpleaños, sobre todo a los niños, aunque a los adultos no tanto, por eso de entrar en las crisis de los 30, 40, 50, etc.
Pero no me refiero a eso. Me gusta mi cumpleaños, como a esa tantísima gente, pero ese es otro tema que hablaré otro día, porque lo que quiero proclamar es que me gustan los cumpleaños, sí, pero los de otros. Me gusta que el cumpleaños de un amigo se acerque e ir juntándonos el grupo de amigos para hacerle un regalo de personas decentes… y uno o dos regalos tan tontos que le hagan reír (o llorar). Esos son los regalos que me gustan, los regalos tontos, chorras, esos que normalmente no cuestan dinero, o apenas un poco, esos que hacen reír, que sorprenden, que fastidian o que hacen llorar de emoción.
Soy una experta en ese tipo de regalos. Y cuando digo experta en realidad quiero decir cabrona. Y mis amigos lo saben.
A lo largo de todos los años que llevo haciendo este tipo de regalos confieso que han sido de los más diversos, desde una imagen gigante de una muñeca Disney para celebrar la mayoría de edad hasta una gymkana. Lo mejor de todo es que pueden salir bien, pueden salir no tan bien y directamente pueden ser un desastre, pero me chifla hacerlos y me lo paso teta, quizá por eso mis amigos y familia permitan que lo haga, en el fondo saben que me hace ilusión.
Después de todo este tiempo y todos estos años se me agotan las ideas después de montar una gymkana por todo el retiro repartiendo pistas (aún sigo sin ser capaz de pensar qué hubiera pasado si nos hubieran robado una pista, habrían pasado horas dando vueltas…) e irrumpir en una casa ajena para colgar una piñata de la lámpara y llenar la escalera de regalos… Se me agotan las ideas. Quizá sea buena idea parar, porque ha habido muchas veces que esos regalos han sido un completo desastre, de hecho incluso algunos hechos a mano se han entregado sin terminar y no me he dado cuenta).
Desde aquí os hago un llamamiento, lectores anónimos (que sé que me leéis, aunque no os apetezca comentar), ¿cuál ha sido el regalo más extraño que os han hecho? ¿Tenéis alguna idea de regalo absurdo que siempre hayáis querido hacer?
¿Cuándo es vuestro cumpleaños? Puedo aparecer en vuestra casa con un regalo chachi chuli hecho con cartulina y rotuladores de colores, o un vibrador, quién sabe.