Frecuentemente se
pueden ver en las noticias casos de niños de doce, cinco, tres años, que tienen
unas habilidades asombrosas, que muchos adultos no han llegado a desarrollar.
Todos recordamos alguno, aunque sea la niña de lluvia de estrellas o el famoso niño al que no le dejaban sitio en el mar
Después de ver a
cientos de niños prodigio a lo largo de mi vida y darme cuenta de que no soy
ninguno de ellos mi nivel de indignación ha llegado a cotas alarmantes.
¿Por qué son ellos
niños prodigio y yo no? ¿Por qué hay tantos? ¿Es que yo no voy a ser nunca una
niña prodigio? Pues no es justo, señoras y señores. Es que la vida no es justa, Squirrel, deberías darte cuenta.
Pues me niego, no estoy
de acuerdo. Yo también quiero desarrollar algún precoz talento natural e
innato, como lanzar pepitas de sandía a velocidad de ametralladora o cantar
como los ángeles, o pintar maravillosamente o ser un as en algún deporte,
aunque sean los dardos.
¿A vosotros no os
indigna? Y no me digáis que no, que luego los niños prodigio crecen con traumas
incurables y que se quedan traumados para toda la vida, que no me lo creo, que
Joselito sigue siendo millonario y bien que le va (aunque salga en Torrente y
en Supervivientes ).
En fin, que la vida es
cruel y dura, así que os dejo pensar en ello con algunos niños prodigio.
Yahel el niño que
esnifaba colacao y se bañaba en lejía:
El niño koreano beatle:
I’m yours y su ukelele:
Aelita Andre, una niña
australiana que ya expuso sus obras en una galería con tan solo dos añitos. (Iba a poner un vídeo de alguno de los niños de Juan y Medio y Menuda noche, pero era ya demasiado frikismo)
Y mi preferida, pero
esta no necesita presentación, porque seguro que la conocéis, la niña de lluvia
de estrellas:
[Edito: La niña en cuestión se llama Rosa Rocío Ruano y sigue intentando cantar, esta vez como artista adolescente que volverá locas a las masas O eso dice su madre]