Quisiera dedicar unas líneas a esas perdonas comprendidas por pocos,
esas a las que les suelen mirar extrañados, preguntándose si están locos, esas
de las que estamos rodeados sin darnos cuenta. Quisiera dedicar unas líneas a
los románticos.
Pero no quiero dedicárselo a esos románticos amantes que se besan en
cada lugar que encuentran, en el metro, en el bar donde toman algo con sus
amigos, en la calle, no me refiero a esos románticos.
Me refiero a esos románticos que cuando les preguntaron de pequeños
qué querían ser respondieron veterinario,
o barrendero, o camionero o marinero; y que hoy en día no lo son (o
sí), pero tienen un trabajo igual de poco común y romántico. Me refiero a esos
locos que cuando decidieron qué carrera querían estudiar ellos eligieron
estudiar filología clásica (¿filoqué? ¿Y
eso qué es lo que es? ¿Sirve para algo?). Aunque no sirviera para nada,
aunque tuviera aproximadamente las mismas salidas que opositar a princesa de
cuento, porque esos locos decidieron estudiar lo que les gustaba y luego ya se verá. También me refiero a
esos locos que de pequeños decían que querían estudiar veterinaria y cuando
crecieron lo siguieron queriendo, a pesar de que fueran más años, que
significara quedarse sin vida social y tener los codos (y las rodillas) pelados, a pesar de que tuvieran que esperar otro
año más para entrar en la carrera porque joder
no me ha dado la nota y yo no quiero hacer otra cosa.
También va para esos locos que les gusta mucho el fútbol, pero mucho,
mucho, y son seguidores del Atleti. Porque también son ellos los que dicen eso
de este año sí que sí, este año ganamos
al Madrid y de esos que son fans de Torres. En resumen, son de esos que les
gusta sufrir, que para qué ser fan de un equipo que gana siempre, ¿dónde está
la gracia? Estas líneas van para esos que animan a Pedro Martínez de la Rosa en
la Fórmula 1.
También van dedicadas a esos locos que pasan horas en la cola de una tienda
esperando el lanzamiento de un disco, aunque lo pudieran comprar sin espera
apenas diez minutos después de la apertura (
o descargarlo), ellos lo quieren los primeros. Para esos locos que les
flipan los idiomas o las lenguas muertas y te sueltan un latinajo con una
sonrisa de oreja a oreja y los ojos brillantes. Para los locos que les encanta
la historia, o la física y se maravillan con cosas en las que tú ni
siquiera te fijas. Para los locos que discuten sobre arte en la barra de un bar y gritan palabros extraños antes de echarse a reír. También
va para esos que adoran leer y se vuelven locos por un libro, hasta el punto
que cualquier cosa les recuerda a él.
Para todos vosotros, locos de a pie de calle, van estas líneas.
También van para mí, por muchas cosas que no me avergüenza confesar.